jueves, 23 de enero de 2020


UNIDAD 1. Competencias clave del profesorado y estrategias de reflexión docente. 

Nada más escribir el título de la Unidad 1, me suscitaba la pregunta acerca de qué quería redactar esta primera reseña. En primer lugar, me gustaría decir que, lo cierto es que este tema me encanta. Me encanta por el simple hecho de que es imprescindible adquirir una serie de competencias clave, al mismo tiempo que desarrollar unas estrategias adecuadas para ser mejores docentes y en consonancia, para que nuestro alumnado se encuentre envuelto en un ambiente cálido y agradable, como en casa. 
Por este motivo, quería compartir con vosotros la infografía que he elaborado, así como la reflexión sobre la misma. 


La presente infografía es un dibujo que he elaborado yo misma. No es un dibujo cualquiera, puesto que para mí guarda un significado muy pero que muy especial. Cuando yo realicé las prácticas en un centro de Educación Infantil, mis niños y niñas de prácticas, a los cuales adoraba enormemente, así como sus mamás y papás, me regalaron como les comenté en la entrada de mi presentación, un cuadro con un árbol dibujado, y, las hojitas, eran la huellas de los dedos de cada uno de mis alumnos/as. El cuadro, decía así: "Enseñar, es dejar huella en la vida de una persona". Sabía que ser maestra era mi pasión y que esta profesión inundaba mi corazón de felicidad. Pero ese regalo, marcó un antes y un después en mí. No te das cuenta la huella que puedes dejar en una persona y más si eres profesor o profesora. Por este motivo, me he inspirado en el regalo que mis chiquitines me hicieron. Para mí, este dibujo representa muchísimas cosas. Un maestro/a de ELE, tiene que tener un bagaje conceptual bastante amplio, es decir, tener una formación. Por otro lado, soy de las que piensan que, un trabajo si no te apasiona y no tienes vocación, carece de sentido. El árbol refleja el crecimiento continuo de un proceso de enseñanza y aprendizaje, durante el cual, es muy importante cuidar esa semilla que en sus comienzos es diminuta, pero que poco a poco crece tan alto que llega casi al cielo. Con la regadera, he querido reflejar los ingredientes que un buen profesor/a de ELE ha de tener para desempeñar su trabajo de forma fructífera: motivar, dar cariño, ser empático/a, esforzarse continuamente, mostrar apoyo, etc. La ilusión es imprescindible, de ahí a ser otro factor a destacar en el dibujo, el cual lo he decidido reflejar con un sol que ilumina y da vida. Con respecto al tronco del árbol, como se puede apreciar, lo he impregnado con un corazón en medio, ya que como muestra mi infografía, considero que lo más bonito de esta profesión y lo más necesario es EDUCAR CON EL CORAZÓN. Asimismo, considero de vital importancia que cualquier maestro (no solo de ELE), debe innovar constantemente. No anclarse en lo tradicional y rudimentario, sino experimentar, crecer, hacer que el alumnado investigue, pruebe, experimente por sí solo...pero para ello, es vital que confiemos en ellos, de ahí a representar la autonomía del árbol con un pajarito. Las hojas del árbol son de diferentes colores porque, considero que cualquier persona de este mundo, debe amar, respetar, aprovechar y exprimir el máximo jugo al la diversidad que tenemos hoy en día y verlo como algo positivo y no como un lastre de nuestra sociedad. Por último, quería destacar el fruto, con el que he querido ilustrar que, gracias a todos los ingredientes destacados previamente, nuestros alumnos/as van a obtener resultados positivos (sus frutos). Pero, no solo eso, con la naranja, he querido representar que el resultado de nuestro proceso de enseñanza, nos tiene que servir como un feedback que nos hacemos a nosotros mismos, para APRENDER A APRENDER las cosas que podemos mejorar, para ser mejores maestros y maestras, gracias a nuestros alumnos. 
Dicho esto, con todo ello, considero que lo más bonito y esencial de cualquier maestro, es dejar huella en el corazón de sus alumnos. 












miércoles, 22 de enero de 2020

FELICIDAD.


Considero que una de las cosas más bonitas de la vida es la sinceridad. Pues bien, me encuentro en la necesidad de serles sincera en este preciso instante. Jamás he escrito un blog. De hecho, siempre me ha abrumado la idea de hacerlo, puesto que me considero una persona con una especie de caparazón con el que me protejo cuando siento miedo, vergüenza o inseguridad. En ocasiones, me cuesta darme a conocer. Supongo que a todos nos pasa que nos gustaría encajar y sentirse bien a cada momento ¿no? Pero la realidad es que no es siempre así. ¿Pero saben qué? Lo cierto es que, la idea de crear un blog me ha ilusionado bastante. Considero que es una forma de abrirse al mundo y expresar cómo te sientes, qué pienses y por qué haces lo que haces.
Me siento afortunada de ser feliz. Feliz porque, me considero una persona con una suerte increíble de contar con una familia que siempre me ha transmitido el valor del esfuerzo constante y de luchar por mis sueños, por lo que verdaderamente me hiciera feliz, cueste lo que cueste. Es por este motivo por el que, me encuentro ahora escribiendo minuciosamente esta página del blog, mostrando un pedacito de mí.
Soy Yaiza, una chica curiosa, creativa, bastante nerviosa e incapaz de estarse quieta tan solo un segundo. Desde que era pequeñita, mi sueño e ilusión siempre ha sido ser maestra, pero no una maestra cualquiera, sino una MAESTRA DE CORAZÓN. Todo ello, se lo debo a mi madre. Mi madre es maestra y desde que tengo uso de razón, ha sido la persona que me ha inspirado a ser una profesora que entrega su alma en cada cosa que realiza; que no escatima a la hora de dejarse la piel por cualquier detalle que pueda parecer insignificante ante los ojos de los demás; que quiere, ama y respeta a cada niño y niña tal y como es; que convierte las dificultades en una oportunidad de aprender y de ser feliz. Esa es la maestra que quiero ser y, de hecho, me encuentro en un viaje de aprendizaje continuo para llegar a serlo.  
Actualmente, no tengo experiencia como docente, puesto que nada más terminar la carrera el año pasado, decidí embarcarme en la gran aventura de opositar: un viaje bastante duro e intenso, pero el cual merece bastante la pena. Con mucha constancia y siendo como una hormiguita, aprobé las oposiciones y a día de hoy estudio muy duro para seguir formándome en el ámbito de la educación.
Con respecto al Máster, lo cierto es que al principio me sentí un poco abrumada. ¿Por qué? Muy sencillo. Soy maestra de Educación Infantil. Mi especialidad y pasión son los pequeñines y, es este el motivo por el que, aún a sabiendas de lo que este Máster implicaba, en un inicio me sentía un poco asustada. Sin embargo, con el paso del tiempo, me he dado cuenta de la importancia que tiene nutrirse y empaparse de nuevos comienzos, en definitiva, de dejarse interpelar.
Esta asignatura la verdad es que me está encantando. Considero que es todo un acierto comenzar una materia dejando al alumnado que cree, que sienta, que se exprese cómo es. Por este motivo, cada día que pasa, siento curiosidad por lo que nos deparará después y considero que cuando eso ocurre, es porque algo verdaderamente merece la pena.
Por último, quería compartir una frase que mis niños y niñas con los que tuve la suerte de realizar las prácticas, me dedicaron en un cuadro que me regalaron cuya imagen representa un árbol y las hojas son las huellas de cada uno de mis alumnos. Un cuadro que verdaderamente robó un trocito de mi corazón. Dice así:
“Enseñar, es dejar huella en la vida de una persona”